Hablan en jerga; dicen verbos tales como deployar. Son tan enfáticos en sus afanes (tan obstinados, tan perrunos) que no sueltan el hueso de un problema hasta que dan con una solución satisfactoria. Y también son empiristas: confían más en el viejo método de la prueba y el error que en las verdades inmutables. Son, en fin, programadores.
Y he aquí, en este rincón del planeta, con lozana juventud pero con un largo pergamino de conquistas y recálculos, la historia de estos cuatro fantásticos. Les presentamos en este artículo sus historias de vida y porqué, sabiendo que tenían tantas opciones de trabajo -los programadores escasean en América Latina-, cada quien eligió, por diferentes motivos, trabajar en Nu.
¿Por qué trabajar como programador en Nu?
Nu Colombia es parte de la familia Nubank, una fintech global con oficinas en São Paulo (Brasil), Ciudad de México (México), Buenos Aires (Argentina), Bogotá (Colombia), Durham (Estados Unidos) y Berlín (Alemania). Fue fundada en 2013 en São Paulo, por el colombiano David Vélez, y tiene entre sus co-fundadores a la brasileña Cristina Junqueira y al estadounidense Edward Wible.
Desde entonces, a través de tecnología innovadora y un excelente servicio al cliente, la empresa ha redefinido la relación de las personas con el dinero en América Latina. Fue elegida por la revista Time como una de las compañías más influyentes del mundo y por la revista Fast Company como la empresa más innovadora de América Latina.
Nu Colombia fue lanzado el 30 de septiembre de 2020. El desarrollo de la tarjeta de crédito, “la moradita”, si hizo a partir de las opiniones de miles de colombianos que interactuaron con la compañía para crear un producto que se ajustase a sus necesidades y sueños.
Este posteo te interesará: “En Nu, los productos nunca están terminados”.
Las razones de los ingenieros
Estas son algunas de las poderosas razones por la que nuestros programadores, ingenieros e ingenieras de toda América Latina, eligen trabajar en Nu Colombia:
- Propósito: los programadores son parte de un equipo que está construyendo productos financieros cuyo fin último es simplificar la vida de las personas, productos que podrás tener en tus manos y usar en América Latina. Lo que produces impacta en tu sociedad.
- Flexibilidad: los programadores trabajan por resultados, controlando su tiempo. Un Nubanker no es un esclavo del codeo, sabiendo que su propósito es más parecido a una maratón que a una carrera de 100 metros llanos. No tiene sentido quedar agotado rápidamente.
- Beneficios: los programadores ingresan a trabajar en Nu y desde el día 1 le son asignadas acciones de la compañía, o sea que son dueños de una parte de la empresa; por otra parte, se trabaja full remote: causa de la pandemia del Covid-19, el 12 de marzo de 2020 toda la familia Nubank fue a trabajar desde sus casas.
- Tecnología propia: la empresa plantea su propia tecnología, construyendo el futuro con lenguaje funcional: de hecho, en 2020, Nubank se hizo dueño de Cognitect, creador de Clojure y Datomic. En otras palabras, En Nu, los programadores deben salir necesariamente de las sábanas sedosas de su zona de confort.
- Nacimiento del hub: los programadores forman parte del mismo comienzo de un gran hub colombiano trascendente a nivel continental y que tiene autonomía de mercado. No dependen de proyectos que se decidan en Bangalore o California, y su plan de carrera lo construyen eminentemente ellos mismos: hay muchas y grandes cosas por hacer aquí.
Desde 2018, la familia Nubank tiene un programa de reclutamiento de ingenieras mujeres, Yes, She Codes. Conoce lo que Nu hace especialmente en relación a las mujeres aquí. (Sólo el 10% de los programadores en América Latina son mujeres. ¡Y nosotros las queremos!)
Pero no esperemos más. Estos son los Cuatro Fantásticos de carne y hueso, algunos de los programadores que hacen de la experiencia Nu un viaje a Júpiter. 🚀
Amílcar, el entrepreneur serial
Amílcar Erazo es del Llano venezolano, pero cifra sus sueños futbolísticos trabajando frente a su computador con la camiseta suplente del Real Madrid. Su vida está signada por el viaje. De un pueblo llamado Las Cruces, cerca de Guanare, de dos mil habitantes -que sólo aparece en Google Maps-, comenzó la universidad en Mérida a la tierna edad de 15 años. A los 22, ya era Ingeniero de Sistemas de la Universidad de los Andes.
Su afición a la programación se encendió cuando sus padres le compraron un computador. Se hizo un gamer fanático del FIFA 98 y el GTA Vice City. Y le ocurrió algo que le ocurre a todos los programadores: se preguntó cómo estaba hecho.
Su primer trabajo lo tuvo en la industria del petróleo, en PDVSA, “cuando todavía se hablaba de Venezuela como la Arabia Saudita de América”. Era el súmmum de la empresa. Trabajó codo a codo con ingenieros cubanos. Pero a los tres meses renunció para dedicarse a emprender. Desde entonces, Amílcar se convirtió en un entrepreneur serial.
Lo primero que creó fue Shopper, un sitio de compra-venta de segunda mano parecido a OLX. “Aprendí a programar Ruby, a hacer una app, pero no supe bien cómo comercializarlo. Tuve 400 usuarios en tres meses, y creí que eran pocos”, recuerda.
Luego siguieron BipBip, una app para reportar mensajes de texto en viajes largos; la creación de una agencia de desarrollo de software (Dreamloppers); y una app que permitía armar playlists colaborativas en tiempo real (Koiik) para que sus socios programadores no tuvieran que pedirle que seleccione tal o cual canción. Sea como fuere, él siempre seguirá seleccionando canciones de Soda Stéreo, por ejemplo “Corazón delator”.
Empujado por la situación en su país, se mudó a Colombia. Con su pareja, tuvieron una niña en 2017 y otra en 2019. Ese año fue invitado al WebSummit de Lisboa con otra app de su cosecha, Miit, que conecta a personas con pasiones similares.
Viviendo en Bogotá descubrió que miles de venezolanos necesitaban enviar remesas a su país, así que (no podía ser de otra forma), con un socio, Amílcar creó una app para eso.
“Creció tanto en tan poco tiempo, que las autoridades nos exigieron convertirnos en una SEDPE (Sociedad Especializada en Depósitos Electrónicos), lo que requería una inversión de US$ 2 millones, para nosotros imposible. En diciembre de 2020 me dije que me tocaba unirme a una empresa que sí lo pudiera desarrollar. Y aquí estoy.”
El espíritu de una start-up
“Cuando leí acerca del primer unicornio creado por un colombiano, Nubank, me llamó la atención -dice este ingeniero-. Postulé interesado porque en Colombia arrancaban como una start-up, que iba a darme la posibilidad de aprender mucho y también de poder aportar bastante. Y que, como no iba a estar todo prearmado, iba a poder participar de la fundación desde las bases.”
Con tecnología propia
Dice Amílcar que el stack de Nu, basado en Clojure y Datomic, es muy particular. “Corren mucho más rápido que Node.js en la máquina virtual de Java”. Pero lo que más le entusiasma de Nu, agrega, es que no es una máscara encima de un banco, sino que -como solemos decir por aquí- es una empresa más tech que fin (vinculado al neologismo “fintech”).
“En Nu, se hace todo desde cero -cuenta este Nubanker-. Organizacionalmente, es mucho mejor que lo que yo he conocido hasta aquí. Eso sí, si un amigo quiere venir a trabajar aquí, tiene que estar dispuesto a trabajar con herramientas no tan comunes como MySQL, sino a aprender cosas raras” (risas).
Y la diversidad es de verdad
“Lo que me gusta de Nu -sigue Amílcar- es que valoran a la persona. Se interesan por uno en tanto ser humano, entienden que la vida va más allá de echar códigos de manera frenética. Y la importancia que aquí se le da a la diversidad”.
Lo que dice Amílcar está enraizado en quiénes son los Nubakers. En todo Nu, tenemos personas distribuidas en 14 países, más de 37 nacionalidades y cerca del 30% declara pertenecer a alguna letra de la comunidad LGBTQIA+.
“Tienes distintos colores de piel, de pertenencias políticas, de orientación sexual -reflexiona Amílcar-. La diversidad cultural nos asegura que tengamos contemplados muchos puntos de vista, entonces la sociedad en su conjunto está mejor representada aquí adentro.”
Julia, la ajedrecista física
“Cada pieza tenía su propio movimiento, y cada batalla siempre era distinta”, recuerda Julia Garibaldi de cuando era una ajedrecista, a los 6 años. Por esa época, su papá médico le compró el primer computador, un Spectrum 2000 que en su Buenos Aires, Argentina, era la crema de lo tecnológico.
Ya en la escuela secundaria, Julia se sintió embelesada por la física. “Ponés una fórmula y podés predecir qué va a pasar. Es fascinante.” Así que estudió Ingeniería Informática en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde luego dio clases de Física por cuatro años en la cátedra de una eminencia: el doctor Hugo Sirkin.
Hay, en Julia, algo de la pasión que mostraba aquella niña, la disciplina que exige entender los movimientos del deporte que llevó a la cima al maestro argentino, cuyo nombre sobrevive por la variante de apertura Siciliana Najdorf. Julia dio veinte años clases en la UBA. Seis veces por semana, con el método de una científica, entrena más de dos horas en el gimnasio.
“Los ingenieros somos todos súper estructurados -cuenta-. En mi casa nunca vas a encontrar cosas tiradas; ni siquiera dejo que se escurran los platos: los seco y los guardo. Somos ingenieros en todos los ámbitos de nuestra vida.”
A saber, Julia Garibaldi sería descendiente o estaría relacionada con la familia de Giuseppe Garibaldi, el líder militar italiano que unificó los reinos de Italia en 1871. Y siempre tiene una música en la cabeza. Cuando la entrevistamos, estaba cantando para su adentros “Summer night city”, la canción de ABBA, pero en la versión power metal de Therion.
“Las entrevistas son relajadas”
Desde febrero de 2021, Julia es Engineering Tech Manager en Nu Colombia. Buscaba un rol 100% de management, y aquí lo obtuvo. Además, el VP de Engineering, Pato Rocca, también argentino, había sido su alumno.
“Nu cada vez me gusta más -dice desde su casa pulcra y ordenada en el barrio porteño de Parque Patricios. De entrada, me gustó mucho la cultura. Las entrevistas fueron muy relajadas, muy amables. Lo que más me gusta es ese concepto de que somos todos dueños, responsables de lo que hacemos. We are owners, not renters. Es preferible pedir perdón que pedir permiso. Eso nos da una dinámica mucho más ágil.”
La arquitectura de microservicios es moderna
Julia tiene experiencia en tecnología financiera. Su anterior trabajo fue en el JPMorgan Chase & Co. En ese sentido, tiene una voz autorizada cuando dice que la tecnología de Nu tiene varias cosas buenas.
“Primero, la arquitectura de los microservicios es muy moderna, de tal modo que los ingenieros pueden enfocarse en resolver problemas del negocio y no en arreglar fallas relacionadas con la infraestructura. Luego, el stack es un lenguaje de programación funcional, lo que es mejor para esta industria, porque es fácil de testear y de reutilizar.”
¿Cómo es el rol de una líder de programadores en Nu?
“Es la primera vez que, ahora tomando yo entrevistas, ‘vendo’ a una empresa”, juramenta Julia. En Nu Colombia ella lidera Bills & Payments, uno de los dos equipos de ingeniería.
“Nuestra tarea se vincula a todo lo que pasa una vez que la persona recibe la tarjeta física de Nu o activa la tarjeta virtual en la app.” Trabajan, dice, para hacer el mejor resumen de cuenta del mundo, el más entendible para el cliente, el que más lo ayude a tomar decisiones financieras.
“En mi rol trato de ayudar al equipo a remover obstáculos, aclarar prioridades y ayudarlos a que crezcan profesionalmente.”
Julia siempre seguirá siendo una profesora. Sabe que cada pieza (cada persona) tiene un movimiento propio. Y que cada batalla (“la lucha es de igual a igual contra uno mismo”, dice una bella canción del sur ) es distinta.
Jorge, el ingeniero de las alturas
Mide 1.94 y, cuando entra a una cancha de basket, juega de poste. Sus referencias son Shaquille O’Neal, Dikembe Mutombo, “El Cartero” Malone. Y, claro, el gran maestro Jordan. Uno de sus tesoros más preciados fueron las zapatillas Nike de Charles Barkley, pero las prestó y nunca volvieron. Además de jugar baloncesto, se enamoró de la computación cuando recibió su primer computador con procesador Intel 386, a los 8 años.
Jorge Jiménez es Engineering Manager del equipo de Growth en Nu Colombia.
“Nos dedicamos a preparar el flujo de registro y el proceso de underwriting para obtener la tarjeta de crédito Nu de la manera más rápida y amigable que sea posible -cuenta-. Desde que tú aplicas en el sitio de Nu, hasta que recibes la tarjeta y realizas tu primera transacción, de todo el trasfondo de esas operaciones el responsable es Growth.”
Desde el barrio Santa Isabel, en Bogotá, donde pasó gran parte de su infancia y adolescencia, ha pasado mucha agua bajo el río, muchos juegos de billar, rebotes y volcadas y una colección de juegos y consolas a las que todavía sigue aficionado.
Por su casa pasaron el Atari 3600, el Super Nintendo, el Nintendo 64, el XBox 360 y la Play 4, que juega ahora muy de vez en cuando, esperando que su hijo Emilio tenga la edad suficiente para jugar partidas de FPS en el Call of Duty. Porque de eso también están hechos los líderes: de su capacidad lúdica. (Y -agrega Jorge- “del tiempo que sabe destinar a la familia”.)
Egresado de la Universidad de Los Andes y con dos maestrías posteriormente (Construcción de Software y en Management), Jorge tiene un conocimiento profundo en Arquitecturas de Software, Cloud y un interés relevante por la Inteligencia Artificial, aquella rama de las ciencias de la computación cuyo objetivo -según sus palabras en este programa de TV- es “generar capacidades humanas dentro de las máquinas”.
“Seguir progresando en lo académico, seguir aprendiendo -dice-, se lo debo a las enseñanzas de mi madre y al apoyo constante de mi esposa. Cuando eres líder, la arrogancia es el peor vehículo para transmitir conocimiento, se lidera desde el ejemplo. Ante todo, humildad, premiar el mérito. Esos son algunos de los valores de hogar que llevo conmigo.”
Mi rol como programador en Nu Colombia
Cuenta Jorge que diariamente trabaja codo a codo con el Product Manager para que la visión del negocio sea posible de ser plasmada desde el lado de la ingeniería.
“La idea es empoderar la visión de los ingenieros, aportar desde mi conocimiento y llegar a la mejor solución como equipo. Me identifico plenamente con esa frase de Ralph Nader que plantea que ‘El líder no busca seguidores, sino generar nuevos líderes’. La capacidad de negociar, la empatía y la transparencia en mi trabajo son esenciales.”
“Nu tiene gente espectacular”
Después de haber trabajado en McKinsey y Accenture, de haber viajado por Chile, Brasil y Argentina, Nu Colombia tuvo el honor de recibir a este jugador -aunque sin sus zapatillas de Barkley- el 6 de abril de 2021.
Jorge es, podría decirse, un Nuvinho, un Nubanker recién llegado. Pero la intensidad del trabajo para liberar lo más pronto posible nuevas tarjetas de crédito para nuevos clientes lo ha hecho crecer a pasos agigantados.
“Es un cambio estructural en la cultura -comenta-. El filtro de Nu es muy bueno: tiene gente espectacular, es muy bacano. Acá el tema de la diversidad, del valor de las personas primero antes que los resultados, del respeto de los diferentes pensamientos y la camaradería verdaderamente importan. Es más, ya recomendé a varios colegas y amigos para que vengan a trabajar con nosotros. Así es como creo en Nu.”
Layne, la saxofonista que siembra
Layne Granados ya estaba trabajando en Bogotá cuando en su Cúcuta natal, donde el país roza su vientre con el de Venezuela, los bardos de Acción Poética escribieron en las paredes de Diagonal Santander: “Las cosas lindas se demoran, lo sé, y por eso te voy a esperar”.
Hija única, su nombre, tan sonoro, cobijó la polisemia de la poesía y la entrenó para ser paciente. “Me suelen llamar Laini, Layner y, algo que me resulta más inentendible aún, cuando me llaman de un banco me dicen Laura.”
Así que Layne siempre supo soñar con que las cosas un día se darían en su justa medida. Tenía 22 años y ya casi era una Ingeniera en Sistemas de la Universidad Francisco de Paula Santander, cuando en junio de 2013, fue por un día a la capital a presentar su examen de capacitación. Se quedó para siempre. Porque de inmediato le ofrecieron trabajo en el Grupo ASD.
Entre 2014 y 2015, cursó una especialización en Construcción de Software en la Universidad de los Andes. Ahora, estudia Matemática Pura en la Universidad Konrad Lorenz. Tocó el saxofón, en algún momento se dedicó a la pintura. “No soy de estar desocupada”, dice. El año pasado, imbuida por el encierro (por el Covid-19) y su vocación creativa, plantó brócolis en su departamento. “Una debe saber sembrar lo que come.”
Para terminar esta presentación, una confesión de su adherencia al arte popular. “Me gusta el pop: Taylor Swift, Katy Perry, Miley Cirus. Pero cuando escucho los versos que dicen: ‘Ayer conocí un cielo sin sol. Y un hombre sin suelo’ me pone feliz. Crecí escuchando Shakira.”
Trabajo en Bills & Payments
“Trabajo como Senior Software Engineer para el equipo de Bills & Payments en Nu Colombia -cuenta Layne-. Me dedico a adaptar funcionalidades, intentando construir, de una forma más clara que lo usual -lo que caracteriza transversalmente a todo Nu-, la factura que a los usuarios les llega mes a mes.”
“Más en detalle, trabajamos para mostrar en la app de Nu la información de sus compras, cómo fueron sus pagos y cómo serán a futuro cuando pagan a cuotas. La idea es que puedan comprender cada uno de sus cobros y evitarles malos entendidos. Esa es la importancia de la ingeniería en Nu.”
¿Qué tecnología usamos los programadores en Nu?
Usamos un stack completamente distinto al que usa la banca tradicional en Colombia e inclusive en otras industrias. Dio a la familia Nubank excelentes resultados, que le permitió una
gran escalabilidad para que, en siete años, pasara de un millón a más 38 millones de clientes.
Para base de datos, empleamos Datomic. Como lenguaje base de programación utilizamos Clojure. Es muy fácil conseguir gente que programe en Java; ahora, Clojure va a ser muy popular, porque empresas de la envergadura de Nu impulsan nuevos lenguajes.
Lo extraordinario de Nu, es que puedo aprender todas estas herramientas mientras me pagan por hacerlo en mi tiempo de trabajo. En general, ocurre que los programadores tenemos que enseñarnos a nosotros mismos por las noches y los fines de semana.
En Nu, la curva de aprendizaje nunca se detiene, es parte innata de nuestro quehacer cotidiano. Llegar a la zona de confort en que los ingenieros nos sentimos aburridos, no es nada fácil. Además, Nu tiene muchos campos de acción, y tan accesible escalar hacia arriba -si trabajas bien- como moverse lateralmente hacia otras áreas.
“Yo quiero trabajar con ella”
Hace poco, en un Coffee Break, David Vélez, CEO y fundador de Nubank, nos recordó una frase que le oyó decir a Bob Iger, ex CEO de Disney. No importa cuántos clientes tengas, “el número más importante es uno.” Es decir, importan cada una de las personas.
Esta cultura nos sirve para entender cómo llegó Layne Granados a Nu Colombia.
“Estoy agradecida con las empresas en las que he trabajado, pero si estoy aquí, es por Cata Bretón, nuestra country manager. Ella me llamó personalmente y a los 15’ de estar hablando, a pesar de tener una oferta extraordinaria en mi anterior trabajo, para que me quedara, ya había tomado la decisión. ¡Wow!, me dije. Yo quiero trabajar con ella. Fue la mejor decisión que pude tomar. Las cosas en mi vida cambiaron del Cielo a la Tierra.”
Si te interesa trabajar en Nu, tras este click hay cosas interesantes.
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