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¿El dinero no es cosa de mujeres?

Estudios indican que las mujeres todavía tienen poca confianza en el manejo de sus finanzas. En el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer nos preguntamos: ¿cómo esto puede cambiar?

La silueta de una persona con una planta con hojas y monedas en su interior. ¿El dinero no es cosa de mujeres?

Cuando se trata de cuidar el dinero, muchas mujeres todavía carecen de confianza.

Esto es lo que señalan las investigaciones (colombianas y globales) que investigan por qué tantas mujeres entregan el control financiero a sus parejas. Y esta falta de confianza está muy extendida entre todos los grupos de edad, niveles educativos y clases sociales.

Cada vez más, están tomando (o recuperando) el control de sus finanzas, pero hacerlo no es una tarea fácil.

Según un estudio entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), mientras que el 80% de los colombianos hombres tienen trabajo, cerca del 50% de las mujeres no tiene acceso al mercado laboral. 

En ese sentido, según el documento “Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia”, de ONU Mujeres, la Consejería Presidencial para la Mujer y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), las mujeres empleadas ganan un 27% menos que los hombres en Colombia. 

¿Por qué eso es así? Mirar un poco hacia atrás ayudará a comprender.

Una historia controlada por hombres

Es la historia de la humanidad. Y aquí no hay diferencias entre Europa y América Latina. Por ejemplo, en Brasil, las mujeres obtuvieron el derecho a abrir una cuenta bancaria independiente de su padre o esposo en la década de 1960. Bastante avanzado, si pensamos que en España eso ocurrió con la Constitución de 1978. 

Por su parte, en 1974, en Estados Unidos, se aprobó la Ley de Igualdad de Oportunidades de Crédito, que prohibía la discriminación crediticia por motivos de género.

¿Y en Colombia? (Llamado a la solidaridad de lxs lectores: no pudimos encontrar este dato. ¿Cuándo obtuvieron las mujeres colombianas el derecho a tener una cuenta bancaria? Están invitadas e invitados a escribirnos la respuesta y la fuente en los comentarios abajo, por favor.)

Como en tantos otros casos, cambiar la ley no significa cambiar la cultura.

Una mirada desde la psicología del comportamiento

A tal efecto, Camila Lafratta, editora del blog de Nubank Brasil, entrevistó a Laís Nicolodi, maestra en psicología del comportamiento de la Universidad de São Paulo. 

“Este bagaje es un punto central a la hora de entender por qué tantas mujeres (incluso aquellas que ganan su propio dinero) entregan la responsabilidad económica a sus parejas -comenta Nicolodi-. Nuestro modelo de sociedad siempre ha tenido al hombre a la cabeza. Y es el jefe quien está autorizado para administrar las finanzas.” 

Y sigue: “Cuando la mujer ingresó al mercado laboral, comenzó a realizar un triple turno: trabajo, tareas del hogar y cuidado de los niños”.

“En otras palabras -explica-, tienes una mujer que ya tiene exceso de trabajo y, además, creció aprendiendo que el hombre que se ocupa del dinero es un hombre. Le resulta más natural dejar las decisiones económicas en manos de su marido, incluso entregándole el sueldo.”

La carga histórica es uno de los factores que refuerza la idea de que el dinero no es cosa de mujeres.

El papel de la educación y la vivienda

La ausencia de referencias femeninas, según Laís, también alimenta este problema. “Los hombres son ministros de economía, analistas financieros, gerentes en puestos que involucran dinero. Más mujeres están ocupando estos espacios, pero siguen siendo una minoría”.

“Y esta falta de referencias proviene de la crianza y la educación”, dice la psicóloga.

“Hay investigaciones que muestran que los profesores de ciencias exactas tienden a dar a los niños más espacio para responder en el aula. También los califican mejor cuando ven los nombres de los estudiantes en la prueba; en las pruebas a ciegas, no es así “.

Hace una década, trascendió el informe del Centro sobre Derecho a la Vivienda contra los Desalojos (COHRE, por sus siglas en inglés), que examinaba la cuestión de la violencia contra las mujeres en Brasil, Argentina y Colombia.

En estos países, dice el estudio, “la falta de acceso a una vivienda adecuada, así como refugios para las mujeres que sufren abusos, les impide a las víctimas escapar de sus agresores”.

La organización de derechos humanos entrevistó a decenas de mujeres que habían sido víctimas de violencia doméstica -o seguían siéndolo- en cada uno de los tres países estudiados.

“La dependencia económica parece ser la primera causa mencionada por las mujeres de los tres países como el principal obstáculo para romper con una relación violenta”, se lee en este reporte titulado “Un lugar en el mundo”.

Dinero, libertad y opciones

En una época donde el feminismo está cambiando los roles y las realidades de muchas mujeres, cuesta creer que todavía existan más de 1000 millones de mujeres que no tienen acceso a una cuenta bancaria ni a educación financiera. 

Así lo cuenta la argentina Sabrina Castelli, emprendedora que a principios de 2021, desde Mujer Financera, lanzó Felicity, la primera red social de finanzas exclusiva para mujeres.

Según el Banco Mundial, solo el 51% de las mujeres tiene una cuenta en el banco, el 12% ahorra y el 20% dispone de crédito. 

Son datos relevantes, puesto que el control de las finanzas personales es una condición material básica para ser más libres. Esta es, en parte, la misión de Nu Colombia. Que las personas organicen mejor su dinero y que no se lo cedan a parejas recelosas o a un sistema financiero tan obsoleto como laberíntico.

El control financiero también le abrió las puertas a Odisseia, de 57 años, que vive en Taubaté, Brasil. Hasta que los niños se convirtieron en adultos, el que traía los ingresos a su casa era el marido. “Cuando crecieron, decidí hacer ejercicio. Monté un stand en la feria y vendí huevos orgánicos, quesos, cosas que producimos en nuestra finca”, dice.

“Antes, era mi esposo quien manejaba el presupuesto en casa, cualquier cosa que quisiera tenía que preguntarle. Luego comencé a ganar mi dinero y a poder hacer cosas por mi cuenta”. comenta.

“Ya no dependo de él, escribo todo lo que gasto y hago un seguimiento en la aplicación. Administrar mi dinero fue el mejor cambio que he tenido en mi vida “.

El intercambio entre parejas es beneficioso para ambos. 

Una encuesta del banco UBS reveló que cuando las dos personas administran las finanzas, la tendencia es que los errores financieros disminuyen drásticamente. Para Odisseia, el cambio fue muy beneficioso: “Ahora hablamos más de dinero, tomamos decisiones y hacemos planes juntos”.

Cuando el control se convierte en abuso

Nuestra psicóloga explica que, en casos más extremos, el control sobre las finanzas puede generar algo llamado violencia patrimonial, uno de los tipos de violencia contra la mujer definido en la Sentencia T-012 de 2016 por la Corte Constitucional de Colombia. 

“Es una forma de violencia donde el abusador controla todo lo que ingresa al patrimonio común, sin importarle quién lo haya ganado -dice el documento-. Manipula el dinero, dirige y normalmente en él radica la titularidad de todos los bienes. Aunque esta violencia también se presenta en espacios públicos, es en el ámbito privado donde se hacen más evidentes sus efectos.”

“Ves parejas donde el hombre controla a la mujer controlando su dinero”, explica la psicóloga Laís Nicolodi. “Oculta la tarjeta, finge que el dinero se ha ido, le impide tener autonomía”. Los impactos que puede tener este tipo de abuso son variados, pero afectan profundamente la autoestima y la salud mental de las mujeres.

“Pero nunca podemos generalizar y poner ningún caso de control financiero como una situación de relación abusiva. Cada persona tiene su historia y esas historias ayudan a explicar las decisiones que toman”, dice.

En otras palabras: delegar decisiones financieras en un socio no necesariamente constituye abuso. Pero es esencial que las mujeres estén bien informadas sobre por qué están tomando esa decisión.

La importancia de hablar de dinero

¿Qué es la libertad para cuidar de las propias finanzas? “El grado de libertad de una persona tiene que ver con tener la posibilidad y las condiciones para elegir”, explica Laís. “Ella puede seguir tomando esa decisión, pero la opción existe”.

“Sí, puede haber mujeres que prefieran poner el control financiero en manos de su pareja. Pero es importante comprender qué hay detrás de esta preferencia”, continúa.

“El gran problema es que, por defecto, esta no es una opción; es natural que las mujeres no administren este dinero. Y para cuando esto se naturaliza, la libertad de elección está siendo reprimida”.

Existen muchas barreras sociales y económicas que impiden que gran parte de la población tenga acceso al mínimo necesario para pagar las facturas. Estas barreras no solo afectan a las mujeres, aunque son, sí, un grupo extremadamente afectado.

La pandemia ha agravado aún más el abismo. Afectó a todos los colombianos, pero la situación de las mujeres ha empeorado mucho. Según el DANE, las cifras de desempleo en las mujeres ahora dobla a la de los hombres.

Es importante hablar más sobre el dinero. “Cuando una mujer intercambia información con otras personas, cuando ve diferentes dinámicas en la televisión o entre sus amigos, tiene más libertad para reflexionar sobre sus elecciones”, dice Laís.

La dificultad de hablar de esto sigue siendo enorme: un estudio del banco de inversión Merrill Lynch reveló que el 61% de las mujeres prefieren hablar de su propia muerte que de dinero.

Ésta es una barrera que debe romperse. Hablar de dinero no puede ser un tabú y las mujeres juegan un papel central en la ayuda mutua.

Como dijo Michelle Obama en su libro My Story: “Tenemos que encontrar una manera de continuar elevando a otras mujeres en nuestro mundo y en nuestras vidas tanto como sea posible”.

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Este contenido es parte de la misión de Nu Colombia de devolver a las personas el control sobre sus vidas financieras. ¿Aún no estás familiarizado con Nu? Conoce más sobre nuestra nuestra historia y nuestra tarjeta de crédito sin cuota de manejo aquí.

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