La inflación se ha convertido en una preocupación global en los últimos años. Colombia no escapa a este fenómeno, al punto de que en 2022 registró una inflación del 13,12%, lo que marcó el alza de precios más alto de este siglo, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane).
Si bien la inflación es un concepto que nos resulta familiar porque lo oímos a diario, ¿sabemos qué es exactamente la inflación y cómo nos afecta en la vida cotidiana?
La inflación se utiliza para explicar el aumento generalizado y sostenido en el precio de los bienes y servicios más representativos del consumo de los hogares y, también, para entender el aumento de los salarios.
En el caso de los salarios también se recurre a la inflación para explicar por qué en ocasiones disminuye el poder adquisitivo pese a que aumentan los ingresos. Es decir, por qué si el salario aumenta nominalmente luego se pueden comprar menos cosas (tienes más dinero, pero menor poder de compra).
¿Qué es la inflación?
La inflación indica el aumento generalizado y continuo del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el cual mide la evolución del costo promedio de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares en Colombia.
Al IPC lo calcula mensualmente el DANE. Para esto, cada mes se consultan más de 51.000 fuentes de información en 38 ciudades del país, tales como supermercados, inmobiliarias, instituciones de salud, centros educativos, centrales de abastos y grandes superficies, entre otros.
La canasta básica de referencia en Colombia está compuesta por 443 bienes y servicios diferentes, la cual busca reflejar lo que ocurre con el consumo habitual promedio en el país, detalla el Banco de la República (Banrep).
Se trata de bienes y servicios que son importantes en la vida cotidiana de las personas e incluye: alimentación, vivienda, vestido, transporte, salud, gastos personales, educación y comunicación.
¿Cómo se mide la inflación? – Explicación del Banrep
Inflación, aumento promedio
Si la inflación en un mes determinado es de 0,5%, significa que el aumento promedio de los precios de todas estas categorías en el período fue de 0,5%.
Este aumento de precios no es uniforme necesariamente, ya que dentro de cada categoría algunos artículos pueden experimentar mayores aumentos y otros menos.
Es decir, en un mes con una inflación del 1,5%, el transporte pudo haber aumentado un 2% y la vivienda un 1%, lo que da un 1,5% de inflación.
En marzo de 2023, la variación anual del IPC fue del 13,34%, es decir, 4,81 puntos porcentuales superior a la reportada en el mismo mes del año anterior, cuando fue del 8,53%, según datos del Dane.
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IPC e inflación, ¿es lo mismo?
Como el IPC es un índice de precios (basado en un conjunto de productos y servicios) y la inflación es el cambio en porcentaje de ese índice para un período determinado, podemos afirmar que el IPC no es lo mismo que la inflación.
¿Cómo afecta la inflación a tu bolsillo?
En la práctica, la inflación hace que tu dinero pierda valor, ya que por lo general el salario no suele seguir el mismo ritmo que la subida de los precios y muchas veces tampoco aumenta en el mismo nivel.
Mientras que los precios pueden subir a diario, semanalmente o mensualmente, los salarios suelen tener aumentos luego de períodos más largos (cada semestre o una vez al año). Así, el aumento de los salarios suele llegar más tarde y frecuentemente queda por debajo de la inflación.
Una inflación muy alta también distorsiona los precios, y a la gente le resulta difícil hacer un seguimiento de lo que es barato o caro.
En un escenario de hiperinflación (lo explicaremos más adelante), por ejemplo, los precios aumentan todos los días. Esto significa que con cada día que pasa, la moneda pierde valor muy rápidamente.
¿Toda inflación siempre es mala?
No. La inflación, cuando está controlada, es una señal de que la economía se calienta y crece de manera saludable: por eso es necesario tener inflación, y eso se aplica a todos los países.
En Colombia, la inflación óptima es de 3% anual, siendo esta la inflación objetivo que cada año revisa o ratifica la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR). Para establecer este nivel de inflación se realiza un exhaustivo análisis del posible impacto que tienen las principales variables económicas del país sobre los precios al consumidor.
Una tasa de inflación muy superior o inferior al 3% anual suelen encender las alarmas de las autoridades económicas, dado que esto implica una serie de consecuencias que pueden ser muy perjudiciales para el bienestar de la población, en especial, para los sectores de menos ingresos.
Tener una tasa de inflación controlada también asegura la previsibilidad a largo plazo. Esto significa que los inversionistas y empresarios pueden apostar e invertir en el país con mayor tranquilidad, ingresando más dinero a la economía y perspectivas para los próximos meses o años.
La inflación es mala para la economía de un país cuando no está controlada y cuando alcanza niveles muy elevados, situación denominada hiperinflación. Entonces sí, ella es (y muy) dañina.
¿Qué es la hiperinflación?
La hiperinflación es el llamado movimiento inflacionario “irracional”, es decir, un aumento excesivo y descontrolado de los precios que continúa ocurriendo sin una razón clara, generando un escenario de precios distorsionados e impredecibles.
Pese a que no hay consenso sobre el porcentaje exacto de la inflación que determine una hiperinflación, diversos analistas indican que cuando el incremento generalizado de los precios supera el 50% mensual se trata de una hiperinflación.
En este escenario, la moneda se devalúa rápidamente y los consumidores pierden cada vez más poder adquisitivo.
La mayoría de las veces, la falta de control en las cuentas públicas lleva a una economía a llegar a un estado de hiperinflación.
Varios países la han sufrido, como Alemania (1921-1923), Hungría (1945-1946), Zimbabue (2007-2008) o, más cercano, en economías latinoamericanas como Brasil (1989-1990), Perú (1990), Bolivia (1984-1985), Argentina (1989-1990).
El caso de Colombia
En Colombia la hiperinflación es un fenómeno lejano o del pasado, ya que ocurrió en la época de la Guerra de los Mil Días.
“El período de hiperinflación tuvo lugar entre 1900 y 1903, es decir, dos décadas antes de la creación del Banco de la República (en 1923). En estos cuatro años los aumentos de precios alcanzaron cifras cercanas al 38 %, 187 %, 318% y 169 %, respectivamente”, señaló Banrep.
¿Qué es la deflación?
La deflación es lo opuesto a la inflación y ocurre cuando los precios, en lugar de subir, bajan. Su principal objetivo es aumentar la oferta de productos.
También puede ser consecuencia de una recesión económica, en la que los consumidores tienden a consumir menos (hay falta de demanda de un producto) y obligan a las empresas a bajar cada vez más sus precios.
El aumento de la oferta de productos o servicios también puede conducir a una deflación puntual. En este caso, no es alarmante para una economía, el problema suele aparecer cuando un país se enfrenta a una deflación sostenida durante un largo período de tiempo, alrededor de un año.
¿Por qué la deflación es mala para una economía?
Uno de los reflejos de la deflación es la falta de consumo: la gente sabe que el precio de todo siempre tiende a bajar y pospone sus gastos; las empresas no venden y, en consecuencia, no obtienen beneficios. Esto hace que la economía en general se contraiga. La deflación es tan dañina como la inflación galopante.
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