Bien dicen por ahí que nadie nace sabiendo. Esto es especialmente cierto cuando de finanzas personales se trata. Es común que muchas personas nos acerquemos a aprender educación financiera cuando ya hemos pasado por algún apuro económico o para salir de alguna deuda.
Puede ser que para muchos de nosotros aprender educación financiera parezca complicado, sobre todo si nuestro primer acercamiento está marcado por un sentido de urgencia. Sin embargo, existen formas sencillas de empezar a manejar conceptos básicos y empezar a contar con mayor información para tomar mejores decisiones y mantener unas finanzas sanas.
Si quieres empezar a aprender educación financiera, o profundizar en tus conocimientos, este posteo es para ti.
¿Cómo empezar a aprender educación financiera?
La educación financiera no es otra cosa sino el desarrollo de habilidades y conocimientos que nos permitan tener un buen manejo de los recursos con los que contamos.
El primer paso para aprender cómo manejar nuestros recursos está guiado por un principio básico: no gastes más de lo que ganas.
Tiene sentido ¿no? Pero vivir de acuerdo a nuestros ingresos parece ser un poco más complicado que esto. Llevar este principio a la práctica implica un examen de conciencia financiera constante, pues no siempre contamos con la voluntad y los hábitos necesarios para no perder de vista nuestra capacidad de gasto.
De cierta forma es como ejercitar un músculo, y una vez que damos el primer paso, la cosa es seguirle y tener disciplina.
Entonces, el primer paso es la conciencia de nuestra realidad financiera, ¿y luego?
5 pasos para empezar tu educación financiera
A continuación, un plan de acción para apegarnos lo más posible a este principio:
- Haz un presupuesto. Elaborar un presupuesto te va a permitir ordenar tus finanzas y te va a dar claridad sobre cuánto ganas, cuánto gastas y cuánto te queda para ahorrar.
- Establece un plan con metas y objetivos. Si no sabemos hacia dónde queremos llegar, es muy difícil seguir un camino. Al establecer metas financieras, es como si le diéramos a nuestro bolsillo una arena de acción. De esta forma puede ser que tengamos un panorama más claro de en qué gastar y cuándo gastar.
- Planifica tu gasto. Uno de los pensamientos que más nos juega en contra a la hora de planificar el gasto es pensar que vamos a tener que hacer de lado gastos que a lo mejor no son indispensables, pero que de alguna forma nos hacen felices. Esto no tiene por qué ser así. Si planificamos nuestro gasto cuidadosamente, podemos encontrar la manera de integrar estos lujitos. Si son parte de nuestra vida, ¿por qué no hacerlos parte de nuestra planificación financiera?
- Aprende a ahorrar. Es posible que creamos que el ahorro es algo que se hace cuando nos sobra dinero. ¡No es así! Si contemplas el ahorro, por pequeño que sea, dentro de tu presupuesto, será más fácil integrar esta práctica a tus hábitos financieros. Fíjate aquí estos 4 hábitos que no te dejan ahorrar dinero.
- Comienza a invertir. Las inversiones son uno de esos temas financieros a los que tememos acercarnos por prejuicios como creer que invertir es solo para quienes tienen dinero o conocimientos especializados. Si bien invertir conlleva ciertos riesgos, el hacerlo con la información adecuada puede llevar tus finanzas a otro nivel. Aquí te compartimos una guía completa para invertir.
Usa la tecnología a tu favor
Una de las grandes ventajas de vivir en esta época en que la tecnología y el internet son parte de nuestra vida diaria es el acceso que nos brindan a todo tipo de contenidos e información. Desde podcasts y videos hasta blogs y tiktoks, la red nos ofrece todo lo que buscamos -y más- para empezar a aprender educación financiera.
Si bien esta vasta oferta de información puede llegar a ser confusa y hasta abrumadora, la mejor forma de entrarle es guiarnos por el sentido común y por lo que resuena con nosotros.
¿Un curso que te promete convertirte en millonario en tres días pero por el que tienes que pagar una lana por adelantado? ¡Desconfía!
Recuerda que las recetas ‘milagro’ suelen ser engañosas y pocas veces cumplen lo que prometen. También es parte de la educación financiera ser conscientes de cuándo estamos frente a una estafa o algún tipo de fraude.
Es mejor echar mano de la voluntad y las ganas de aprender y buscar cursos gratuitos de instituciones o entidades confiables, que contribuyan a tu aprendizaje financiero.
La tecnología también puede ser un gran apoyo para ayudarnos con nuestras finanzas. Existen varias apps que pueden ayudarte a llevar un control de tu bolsillo, organizar gastos e incluso hacer presupuestos. Muchas de ellas son gratuitas por lo que no implicarán un desembolso extra.
¿Para qué aprender educación financiera?
Cada vez son más los países que reconocen la importancia de la educación financiera. Es por esto que por medio de programas buscan fomentar su aprendizaje entre la población y desde la infancia.
Aprender educación financiera:
- Permite que las personas tomen mejores decisiones financieras
- Ayuda a un mejor manejo de los ingresos y los gastos
- Genera hábitos de ahorro, lo que mejora la calidad de vida
- Contribuye a evitar ser víctimas de estafas al acceder a mejores conocimientos sobre productos financieros
- Promueve el crecimiento y la estabilidad económica
Sabemos que el conocimiento es poder. Saber cómo manejar nuestros recursos y aprender cómo funcionan los productos y servicios financieros nos da las herramientas suficientes para que tomemos decisiones informadas y puede darnos el poder de transformar nuestras vidas.
Al final, el dinero viene y va, pero la educación financiera se queda con nosotros para siempre.
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