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La moda, más allá de ser una simple tendencia o la expresión de nuestra personalidad, se ha convertido en un fenómeno social y económico que mueve millones de dólares a nivel mundial. Colombia, no es la excepción, pues es un pilar fundamental de la economía y de la cultura de nuestro país.
Aquí van algunas cifras para que te hagas una idea:
- La moda representa un 3% del gasto total de los colombianos, alcanzando la cifra de 32 billones de pesos en 2023.
- En 2023, se compraron 183.800 millones de piezas de prendas de vestir en todo el mundo, ¡un crecimiento de más o menos 14.000 millones con respecto a 2022!
- La industria de la moda genera anualmente más de un billón de dólares estadounidenses a nivel mundial.
Un recorrido por la historia de la moda
Podemos decir que la moda comenzó cuando los humanos empezaron a vestirse con ropa hecha de plantas, pieles de animales y huesos. En ese momento la ropa cumplía una función principalmente práctica, para protegerse del clima. Pero con el paso del tiempo, la moda se convirtió en un elemento de diversidad social, reflejando el estatus y la riqueza de las personas.
La llegada de la revolución industrial marcó un antes y un después en la historia de la moda. La producción en masa permitió democratizar el acceso a la ropa, haciendo que las tendencias fueran más accesibles.
Y en este siglo, la llegada de Internet y las redes sociales ha revolucionado por completo la forma en que consumimos moda. Espacios como Instagram y blogs han hecho que las tendencias lleguen a millones de personas, creando una infinidad de estilos.
La parte no tan “trendy” de la moda
En la industria de la moda, las tendencias son las que marcan los estilos de diseño más populares y el look que todos quieren tener. Hay muchos factores que influyen en la creación de estas tendencias, desde la accesibilidad y la oferta hasta la innovación y uno de los más importantes: la tecnología.
Hoy en día, gracias a Internet, encontramos miles de piezas de contenido y las tendencias se difunden más rápido que nunca. Las tendencias digitales están revolucionando la industria de la moda, pues los diseñadores y empresas de ropa tratan de mantenerse al día con los rápidos cambios en los gustos y estilos.
Toda esta explosión de información dio vida a la “fast fashion” o moda rápida, una tendencia de la industria que pone al alcance de todos lo último en ropa, zapatos y accesorios. Si bien esto nos da la satisfacción de estar al día, también ha tenido consecuencias, como el aumento de las compras impulsivas, la cultura del “usar y desechar” y un impacto ambiental.
Una fuerte prueba de esto es el desierto de Atacama, en Chile. Dice la National Geographic que entre 2000 y 2014, la producción de ropa se duplicó y los consumidores empezaron a comprar un 60% más de prendas y a usarlas la mitad de tiempo que antes. Hoy, tres quintas partes de esta ropa termina en este desierto como basura, después de tan solo un año de haberse producido.
Por otra parte, la estrategia de la “fast fashion”: hazlo rápido, bien y barato ha creado condiciones de trabajo precarias. Esta es una de las realidades más complejas, que ha generado un movimiento cada vez más popular, a favor de prácticas más éticas y sostenibles.
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Más allá de las tendencias: identidad, estilo y consumo responsable
La moda se ha convertido en una poderosa herramienta para expresar nuestra identidad digital. La ropa nos ayuda a proyectar nuestra personalidad, gustos y valores. Hay todo un universo de opciones, desde la alta costura hasta la ropa casual y deportiva. Esta variedad permite que cada uno de nosotros encuentre el estilo que mejor lo representa, que lo hace sentir cómodo y seguro.
Pero ¿cómo podemos encontrar el equilibrio entre esta forma de expresión y el consumo responsable?
Moda sostenible: la alternativa
¿Qué podemos hacer para ser más conscientes con el consumo de ropa? Karem Suárez, experta en finanzas, nos recomienda.
- Define un presupuesto: ¿cuánto estás dispuesto a gastar en ropa cada mes? Tenerlo claro te ayudará a evitar las compras impulsivas.
- Arma una lista de deseos: antes de comprar, haz una lista de las prendas que realmente necesitas o deseas. Así no te vas a dejar tentar por cualquier cosa.
- Apuéstale a la calidad: Es mejor comprar una prenda buena que dure mucho tiempo que varias de mala calidad que se dañen rápido.
- Busca marcas sostenibles: hay cada vez más marcas que se preocupan por el medio ambiente y las condiciones laborales de sus trabajadores. ¡Hay un montón de talento por ahí!
- Arregla y reutiliza: antes de botar la ropa que ya no te pones, piensa si puedes arreglarla o darle un nuevo uso. ¡Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán.
Esperamos que pongas en práctica estos consejos y encuentres la mejor fórmula para lucir como quieres sin afectar tu bolsillo, eso sí, no olvides escuchar el episodio completo, porque seguro encontrarás más herramientas para lograrlo.
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