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La Diversidad Transforma: Juan y el feminismo para todes

“Quiero que la gente priorice mi nombre sobre mi género. Aunque siento afinidad con el término queer”, dice Juan, reafirmado/a/e en sus elecciones.

Juan, Xpeer de Nu, ríe junto a su aliada Angie. La Diversidad Transforma: historias poderosas en el Mes del Orgullo.

Tengo 19 años, soy le mayore de tres hermanes. Vivo con mis papás, que llevan veinticuatro años de casados. Es una familia cristiana, conservadora y controladora. Yo me considero kuir, término latinizado de queer. No ha sido fácil ser el primogénito. Todos los domingos íbamos a la iglesia.

Siempre fui muy diferente y afeminado: muevo mucho las manos, tengo el cabello largo. Nunca me llevé muy bien con los hombres. Me solían mirar raro, solían rodeaerme y repetirme: “marica”, “maricón”. Una vez, un compañero me encerró en el cubículo de un baño y, para chancearme, comenzó a acercar mi cabeza a sus pantalones. 

Burlarse, sobre todo enfrente de otras personas, si bien no constituyen una situación de matoneo, cuando une es niñe de por sí ya tiene dudas o cuestionamientos, dejan una marca.

Igual, hay que decir que lastimosamente el matoneo está muy normalizado en Colombia. Al respecto, una profesora en vez de cobijarme una vez me dijo: “Ay, Juan, eso le pasa por ser bien educado”. Es cierto: siempre fui muy maduro cuando era un niño. Eso no justifica la violencia. 

Aunque soy de la generación Z, nativo digital, no tuve acceso a las redes sociales hasta que me compré con mi dinero mi primer celular, cuando tenía 12 años.

En mi casa había sólo una computadora y se usaba para trabajar: teníamos limitado el acceso a contenidos de internet. Nunca supe que era gay hasta hace relativamente poco; gracias a las redes, los libros, las películas y series (¡incluso Youtube!), que me ayudaron a conocer otras experiencias humanas similares a la mía, además de los debates sobre el matrimonio y adopción igualitaria, que para la época no eran legales en Colombia. 

Para entender los fundamentos de nuestra campaña #LaDiversidadTransforma, lee este posteo.

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Cuando me estaba descubriendo, a mediados de 2014, sucedió el caso de Sergio Urrego, el chico de 16 años que se suicidó luego de recibir una constante andanada de actos discriminatorios en el colegio.

El caso Urrego y el feminismo me ayudaron a afianzarme. Del feminismo reivindico, sobre todo, dos cosas. Uno, que, aunque es una lucha de y para las mujeres, nos beneficia a todas, todos y todes. El otro es que ayuda a elevar la representación del colectivo LGBTTTQIA+ en lugares de poder: existe lo que se nombra.  

Aceptarme e incluirme en diferentes espacios, es un camino que hice solo. No tuve de aliada a mi familia, aunque sí a algunas amigas, como Angie. 

Me identifico como Juan. Quiero que la gente priorice mi nombre sobre mi género. Aunque siento afinidad con el término queer, sé que el amor es muy loco: en el futuro me puede gustar una persona que hoy jamás imaginaría me pueda interesar. 

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Mi familia no es tóxica: sencillamente, es religiosa. Eso quiere decir que niegan el tema, de-eso-no-se-habla. La religión hace que las personas se cierren mucho. 

En mi casa, al revés que en la escuela, o ahora en el trabajo, soy yo el que se cierra: me comporto como un camaleón, llevo puesta una máscara todo el tiempo, como en el teatro. 

Alguna que otra vez, se atrevieron a preguntarme, pero les cambié el tema porque no estoy de acuerdo con el término “salir del clóset”. Genera demasiada ansiedad. Ellos me siguen tratando como cisheterosexual, pero no se privan de decirme que conocen a un pastor o que debería conocer tal o cual iglesia.

Por mi parte, sobre mi identidad de género aplican varios términos dentro del espectro trans, como lo es agénero, género queer o no binarie -que son los que prefiero-, o fluido.

La Diversidad Transforma: Juan cree en el amor más allá de los géneros. En Nu nos ocupamos por crear equipos fuertes y diversos.

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En Colombia, falta mucho por hacer. Por ejemplo, admiro el trabajo del congresista Mauricio Toro, que presentó un proyecto de ley para prohibir las “terapias de reconversión” que padecen muchas personas del colectivo LGBTTTQIA+. Por esa lucha, lo recusaron en el Congreso con el pretexto de que, como se define como un hombre gay, había “conflicto de intereses”. Insólito.

En el mismo sentido, las personas trans en el país tienen muchos impedimentos para usar el sistema de salud de acuerdo a sus derechos. Si manifiestan el deseo de hacerse una cirugía de transición o incluso si no lo hacen, por cualquier cosa las mandan al psiquiatra. Hoy no sabemos por lo que están pasando; el Estado se desliga de esa responsabilidad. Sería bueno contar con estadísticas para construir políticas públicas que plasmen sus derechos. 

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Aunque no ha sido fácil para mí, no me engaño. Sé que tengo privilegios: fui asignado hombre al nacer en una sociedad cis-héteropatriarcal, crecí en un hogar de clase media. 

Hoy puedo decir que siento #Orgullo de estar hablando de este tema con esta libertad, de haber construido un lugar seguro con mis amigas.

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Angie, aliada de Juan, dice:

“A Juan lo conocí en la escuela. Yo venía de un colegio distrital y entraba en uno más calmado. Era tímida, y eso me ayudó. Un día estábamos en el salón y yo estaba mirando fijo a Juan. Manuela, otra compañera, se dio cuenta y me dijo: ‘Él no es gay’. Me dio mucha risa. ¿Por qué me lo estaba diciendo?

Vengo de una familia muy machista. Mis padres dicen de personas como Juan que ‘se voltearon’.

Yo no siento que tenga derecho a juzgarlas de esa forma. En Juan descubrí a alguien que le gusta capacitarse demasiado, es muy curioso. Me gusta estar con él porque aprendo todo el tiempo.
Una vez, mientras comíamos, me habló de cuál sentía que era su identidad. Se puso rojo. Creo que necesitaba decírselo a alguien. Le resté importancia. Él a veces hablaba de nosotras y yo siempre me permití conocerlo sin juzgarlo. Me gusta de Juan esa seguridad con la que habla. Cuando lo maltratan, él sabe defenderse.”

Este contenido es parte de la misión de Nu Colombia para hacer de nuestro mundo un lugar más justo, amoroso y democrático. Hoy, sobre todo, no sólo nos proponemos acabar con la complejidad financiera y la burocracia y devolver el control del dinero a las personas. También nos proponemos, en nuestro ámbito, aprender cada vez más para ser más incluyentes y formar equipos de trabajo fuertes y diversos, en los que todas las subjetividades sean celebradas y bienvenidas.

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  • La Diversidad Transforma: Nu Y El Mes Del Orgullo - Nu Nace En Colombia
    21 de junio de 2022, 3:19 pm
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