Desde 1997 que Juan Pardo juega al FIFA 98. Justamente, el juego creado por EA Sports aquel año se llamaba Copa del Mundo: Francia 98. Es decir que lleva un cuarto de siglo jugándolo. Juan Pardo es Creative Manager de Nu Colombia. Cuando se jugó la Copa Mundial de la FIFA 1998TM tenía 6 años. Es el primer torneo del que tiene algún recuerdo.
Estas son sus memorias de aquel campeonato.
¿Cómo recuerda un niño? ¿Cómo se inscriben los recuerdos de “un Mundial”? ¿Qué recordarán tus hijos, tus sobrinos, tus nietos, tú de Qatar 2022TM?
Juan Pardo, allez allez!
La Copa Mundial de la FIFA Francia 1998™ comenzó en el Stade de France, en la comuna Saint-Denis, un suburbio del norte parisino. Fue 2 a 1 Brasil vs Escocia, con goles de César Sampaio y Tom Boyd en contra.
El equipo local venció dos días después a Sudáfrica por tres goles. De aquella formación, su selección favorita, Juan Pardo recuerda, claro, a Zinedine Zidane, pero también -nombrados en su propio orden- a Trezeguet, a Petit, a Deschamps.
Thierry Henry, el goleador que luego sería compañero de Messi en Barcelona, tenía unos tiernos 21 años. Hizo tres goles y fue el goleador francés del campeonato.
En Inglaterra: jugaba Beckham. En Alemania: Klinsmann. En Argentina: Batistuta. Un mundialazo. La canción del torneo tenía a Ricky Martin cantando el recordado Allez! Allez! Allez!, el estribillo de “La Copa de la Vida”.
“A decir verdad, no le paraba bola a Colombia”, recuerda Juan. El equipo nacional se fue en la primera ronda, con escándalos en el vestuario. Como se dijo, fue “el fin de una era”: Valderrama, Asprilla y Rincón jugaron su último Mundial.
El bombazo de Beckham de tiro libre selló la suerte de Colombia en el último partido de la primera ronda. Muchos recuerdan las lágrimas de Faryd Mondragón.
El tele de mi madre
La Copa Mundial de la FIFATM ordena los recuerdos familiares. Una cantidad enorme de colombianos y colombianas saben con quién estaban, en dónde estaban y qué hacían de sus vidas cuando ocurrió aquel gran Gol de James.
“En mi caso, vi Francia 1998TM acompañado de mis dos hermanas mayores, en el cuarto de mi mamá, adonde había la única televisión de la casa”, dice Juan.
Aquel apartamento del barrio Normandía, en Bogotá, olía a las rosas que su mamá traía de la floristería que comandaba.
“La recuerdo -dice Juan Pardo- con la camiseta de la selección puesta, gritando a rabiar, apasionada. Se divertía y sufría en la misma medida, de a montones. Como es religiosa, oraba: ‘Señor Jesús, cubre el arco de Córdoba’.”
Juan Pardo no tiene recuerdos de la Copa Mundial de la FIFA Italia 1990TM ni la de EEUU 1994TM. Porque en el primero no había nacido; y durante el segundo tenía apenas 2. “Después me crié con esa tragedia futbolística para Colombia, que fue haber pasado dieciséis años sin ir al Mundial. Yo he visto más mundiales sin Colombia que con Colombia”.
Juan Pardo, goleador
Jugó toda la vida, hasta que se rompió los ligamentos cruzados. Juan Pardo es -porque sigue siendo, aunque esté retirado de las grandes ligas- zurdo. Los que lo conocieron dicen que engancha bien hacia adentro del campo; lo solían poner de extremo por la izquierda.
Al final de su carrera, se tiró más hacia el medio. Pero siempre siguió siendo -sigue siéndolo- buen cabeceador.
La memoria zurcida como un balón
El trazo de la vida, para los futbolistas como Juan Pardo, también se zurce con los goles. Juan recuerda que el mejor gol que hizo fue a los 18 años.
La historia es así. Recién había comenzado a trabajar en una agencia de publicidad internacional. Jugaba su primer partido. En la cancha estaban el CEO y el Presidente de la empresa. Con esa confianza que confiere la inconsciencia de juventud, Juan Pardo, que no es necesariamente alto -mide 1.75m- arremetió en el área buscando el balón tras un tiro de esquina.
Era el segundo tiempo. La pelota pareció buscarlo. Juan se elevó, estiró el brazo izquierdo y con el otro tomó envión, como en una figura de kung fu, y cuando al final el balón bordeó el área chica, Juan Pardo conectó de cabeza.
Desde entonces ganó tres veces el campeonato interno. Jugaba con una camiseta que tenía el 10 en la espalda.
La camiseta
Hoy, Juan, que tiene tatuadas rosas en su piel, ve Catar 2022TM con su hija Zoe, de 2 años, quien seguramente no recuerde nada de estos días. Aunque tal vez sí juegue al fútbol. En cualquier caso, Zoe tendrá 6 años durante la Copa Mundial de la FIFA 2026TM.
Para Zoe, 2026 quizá represente lo que Francia 1998TM representa para Juan Pardo, su padre: el primer mundial que recordará para siempre, un momento inolvidable de su vida.
Francia 1998TM terminó un domingo de mediados de julio. Se enfrentaron en el estadio de Saint-Denis Francia vs Brasil. Los sudamericanos tenían un equipazo: Taffarel, Roberto Carlos, Rivaldo y Ronaldo. Pero no pudieron con el equipo favorito de Juan.
A los 27 minutos del primer tiempo, Petit tiró un centro desde la derecha del ataque y Zidane, con la confianza y la conciencia de un gran cabeceador, se elevó en el aire, arqueó el cuerpo como si fuera un-arco-y-flecha, y abrió el marcador con un cabezazo de novela.
Fue el primero de dos goles de cabeza de Zizou, sus únicos goles en el certamen. El partido terminó 3 a 0 a favor de los europeos.
De alguna manera, el recuerdo de Francia, de Zidane en el aire y del cabezazo, hace que “el fetiche” que dice tener Juan Pardo con la camiseta del 10 francés se anude con algo más profundo de su vida.
Quizá la confianza. La inconsciencia. El anhelo de elevarse.
Bonus track
Juan David Pardo fue elegido uno de los dos “Mejores Directores Creativos de Colombia” en el prestigioso festival internacional; El Ojo de Iberoamérica. ¡Albricias!